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Pura presencia. He ahí el gran secreto, quizás, de la tierra, y a la vez, rigurosa pintura, sabia pintura, honestamente sabia, y solidamente construida; de esta joven pintora palentina, educada en la REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO DE MADRID.

Las cosas, los objetos, Se limitan, en principio, a estar ahí. Y, con su elocuencia muda, sin ademanes, sólo con la fuerza y genio nacidos de su propia presencia, por arte del espíritu, el dibujo, y también la pintura, y su entrañable poesía...

Aunque María Antonia, como buena , castellana, y, a mayor abundamiento, palentina; sea aún, más escueta y sobria. Y de un murmullo, igualmente, más oculto y contenido.

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Orense, Firmado: LUIS TRABAZO

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María Antonia, refleja un mundo de objetos que revelan una personalidad inequívocamente femenina y romántica.

Con su sensibilidad al crear ha cautivado a muchos, con sus obras simplemente desea llegar a la gente con calidez y alegrar la vista del público y, que se beban la obra con los ojos.

Como todo lo que hace Toña, sus obras son minuciosas, cada detalle está sumamente cuidado y perfecto.

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María Antonia Salvador, se nos muestra vocación, entrega total, acabado de la obra, respecto máximo al tema, sinceridad pocas veces conseguida.

La pintora conoce a fondo su oficio. De sus maestros (Barjola, Toral, Villaseñor,Toledo, Antonio López),aprendió desde los comienzos todos los secretos de la técnica, junto a sus compañeros (Cayetano Portellano, Florencio Galindo,Iluminada García, Juana Saorin,entre otros) y exigente con su dibujo y su quehacer, llega a Límites de perfección poco frecuentes.

Pero con todo sus cuadros tienen vida,' tienen alma, tienen mensaje. Allí está su autora con sus vivencias, su captación personal.

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